Aún todos los espantos que remilgas,
Sonrío de lado un \"huelga verte\".
Generando un tabú cosido a huídas,
Sembrás desatino, apuestas sin suerte.
Me derribas las agujas, cual si fuera
Menester no hablar de ciertos temas.
Trocándome mi miel por tu salmuera,
Regás con tu inconstancia mi enfisema.
Es réprobo lo que quede, violento o enfermo,
Una vez que se cierra -tras tu copiosa ausencia-
La innoble, cardinal, rotunda puerta.
Todo lo que me sobra es un espacio yermo,
La infantil sensación de inmerecer la penitencia
Y rezarte sin humor, con la fe muerta.