Amor, ya se levanta el silencio dormido
a retazos dispersos, a ráfagas de nube
y te voy describiendo, reclinada en mi cuerpo
y pienso en el camino que hasta tu cuerpo anduve.
Y vi que entre mis pasos iban tus ilusiones
y entre cada palabra de mi boca, tu imagen
y vi que mis miradas soñaban tus facciones
y vi que en mi sendero tu amor es mi bagaje,
que tu amor es mi fuerza, mi coraje, mi empuje
la llama que me enciende y el sol que me ilumina
el agua con que apago la sed que me consume
mi recuerdo, mi anhelo, mi fe, mi medicina.
Y vi que yo he nacido para sentirme tuyo,
para vivir tu vida y recorrer tus sendas,
para dejar morir en tu pecho mi orgullo,
para dejar plantada en tu vientre mi tienda.
Para entregarme a ti con todo lo que tengo,
para necesitarte hasta que todo duela,
para hacer de tu efigie mi único sustento,
mi norte, mi esperanza, mi sueño, mi quimera.
Y vi que ya mis pasos tienen un objetivo,
un final, un destino, una meta soñada
donde en cada jornada reposar mi camino,
un nido en tu regazo, tu tibia madrugada.