Si yo muero antes que tú
podré ver el intenso brillo del alma
en tus ojos, rocas de mármol pulido.
¡En ellos la percibiré sin trabas!
Podré ver la hermosura de tu espíritu
que le pone sello, impronta a lo que haces,
y en la distancia acariciar tu cabello,
y gozar de tu presencia viril y galante.
Tu voz escucharé cual diapasón vibrante,
y en el sonido de tus palabras me cobijaré.
Si antes que yo cruzas el umbral,
escucharás cada palabra que te dedique
y mi psique se colmará de tu calor
como las brasas ardientes en el hogar.
Tu recuerdo, un abrazo nocturno incorpóreo,
remembranza viva durante la jornada,
la mullida almohada en la que descansaré,
derrochando la quietud de la noche.
Si muero antes que tú
seré muy feliz de mirarte cada día,
y gozaré alegremente tus logros
con un corazón abierto y sincero.
Si antes que yo el umbral cruzas,
diario en mi mejilla colocarás un ósculo
que sentiré como una promesa de amor...
un día nos encontraremos amantes.
Si yo muero primero,
o si mueres tú... ¿qué más da?
pues quien muere
para siempre vivirá.
María Teresa Ruíz Rentería © Todos los derechos reservados.