Desde aquel memorable momento
Que marcó nuestro primer encuentro
Millones de veces la tierra ha girado
En derredor del brillante real astro.
Muchas mujeres me han visitado,
A tantas otras he vilmente usado.
Sentado en mi cueva sigo esperando
Que regreses, pero no hay cuando.
En mis sueños has aparecido
Y con presteza me has consolado.
Pero aún así me siento vacío
Y en mis noches de soledad, te llamo.
Cierro mis ojos, y claramente veo
Tu escultural cuerpo a mi lado.
Siento ese olor único de tu pelo
Y me asaltan las ansías y el deseo.
Tus labios rojos apasionados,
Tus apetecibles senos, tu piel de fuego,
Tus sensuales colmillos pequeños
Y esos deliciosos cuernos
Que sobresalen por tu cabello.
Tu contagiante y deliciosa risa
Y tu mirada coqueta e incisiva
Tu voz melodiosa cual suave brisa
Y tus palabras insinuantes
De amorosa y pasional Princesa.
«Abre los ojos, acá me tienes,
Estoy contigo, mi buen Poeta»
¿Será cierto lo que a mis oídos suenan,
o será solamente mi mente que juega?
Dudando y temeroso abro los ojos,
Y me encuentro con tamaña sorpresa.
Sonriendo como siempre
Insinuante y coqueta
Dueña del universo todo
Me tiendes la mano
Y te acercas.
«Hola poeta, ¿me has extrañado?»
Caigo extasiado en tus brazos
Y me entrego al placer de tus labios
Tus manos, tu piel, tus aromas
y todas las infinitas pasiones
Que solamente en ti he encontrado.
Apenas he logrado tomar un respiro
Y nuevamente me entrego al deseo.
Pero con el rabillo del ojo he notado
Que no estamos solos, hay alguien más,
Quien con curiosidad nos mira
Y sonríe con infinita complacencia.
Es casi tan bella como Tú, mi princesa
Aunque no tiene tu roja cabellera,
Pues es dorada de pies a cabeza
Y la mirada de raro azúl turquesa....
Ríes. Con una sonora carcajada,
Y te pones a su lado y la abrazas.
«Ella es Lucy, me dices, es mi hermana,
Mi amante, mi novia, mi eterna compañera.
Es la encargada de dar castigo a las almas
Que para su desgracia caigan en sus garras»
Al notar mi cara de asombro, sonríes
Y me aclaras que Lucifer es lo que desea
Macho o hembra como a ti te parezca,
Y que vino contigo a conocer al poeta
Que se había entregado a voluntad
A la reina de las tinieblas,
A Lilith, madre de vampiros, tu Princesa.
— Hola Lucy, un placer tenerte en mi cueva.
— Hola poeta, veremos de que está hecho
El cuerpo y alma del que tanto ha intrigado
A mi única y singular, hermosa Princesa...