Titilan luces en aquella montaña, parece un hormiguero de luciernagas. Sube los peldaños uno a uno parece contarlos, su espalda encorvada denota el cansancio tras la faena de un dìa duro de trabajo. Se escucha a su paso en uno que otro rancho, risas mientras que en otro discuten en voz alta palabras obscenas, y mas allà alguien le alerta:
-Tenga cuidado han disparado, apresure el paso
Roberto a duras penas corre hasta llegar a su casa, le reciben Juana y sus hijos asustados por lo que ocurre en casa de los vecinos
-Juana tenemos que mudarnos lo mas pronto posible de aquì, esto se ha convertido en un infierno nuestros hijos corren peligro, mañana voy hablar en la fabrica para solicitar un prèstamo y asì conseguir otro lugar donde vivir
-De acuerdo Roberto igual harè yo en la oficina, es urgente resolver esta situaciòn, los niños quedan solos en casa todo el dìa mientras tu y yo trabajamos, y no quiero pensar si les ocurriera algo en nuestras horas de ausencia
La alarma del celular despierta a Juana y a Roberto a las 4am. ambos preparan el desayuno y el almuerzo, mientras los niños se alistan para el colegio, a las 6am. bajan las escaleras con sus hijos al igual que otros vecinos.
Mientras Juana deja los niños en el colegio Roberto espera el tren en la estaciòn. Cada dìa igual al otro, lo puede ver en la cara de otros que al igual que èl, viven aquella vida rutinaria y se pregunta asì mismo: -¿es esto lo que les espera a mis hijos?, ya ni el alimento es posible comprar, esta inflaciòn se esta tragando al paìs al igual que un tiburòn a un banco de peces, y por cierto ya sabemos quien es quien en este mar de corrupciòn. Entre tanto Juana va en otro vagòn divagando en sus pensamientos, tratando de encontrar una soluciòn a tantos problemas econòmicos que afectan notablemente su presupuesto familiar...
y la vida continua...