¡Oh reloj silencioso!
De afilados dardos,
en busca de un blanco
incierto e inquieto.
Sobre tu andar van sus ojos
devanando la mañana,
conjurando la tarde.
Cierra sus oídos
al cincelar de la noche
concavidad sombría.
¡Oh reloj sin ronzal!
Llano y circular.
La existencia cabalga
como lo haces tú
sin parar,
día a día.