Tañeron las musas sus liras armónicas,
el viento traía sus notas hermosas,
en trajes tan lindos, venían preciosas
con capas de seda, chipriotas y jónicas..
Tropeles se oyeron allá en el parnaso
de faunos celosos que no concebían ,
el porque las musas, al bardo rendían
un culto tan bello, con cálido abrazo.
y Venus alegre, venía radiante,
perfecta y sublime, su lira tocando,
seguían las musas, joviales cantando,
los himnos divinos con flautas de Atlante.
La gran Tersicore, sería ,Carola,
mandaba Polimnia, sus versos con Alma,
sus danzas de rimas,llenaron de calma,
tañendo las arpas, que amor acrisola.
La dulce Caliope, jamás faltaría,
trayendo el encanto de Mía Aragón,
su voz elocuente raptó el corazón
con música regia, de tierna armonía.
La puerta corintia de gran poesía,
Erato, la magna, la deja adornada,
con Jade celeste, de luz impregnada,
que trae los rayos de de gran melodía.
Urania, festiva, también llegaría
con halo soberbio de mítica aurora,
su estela traía quimera que aflora
la grande ternura de Claudia y María.
De Eusterpe, su ritmo, llenó mis sentidos
con rimas sensibles que escribe Gisell,
sus versos se mecen en lagos de miel
llevando del alma sus nardos floridos.
En ese concierto de tanta armonía,
Vianney llegaría, con mágica lira,
con cuerdas que llevan pasión que suspira
y enviada venía por diosa Thalía. .
El triste poeta, nacido irredento,
les rinde las gracias por gesto tan bello,
que dejan en su alma, magnífico sello
que ofrecen ustedes con gran sentimiento!
Autor: Aníbal Rodríguez