EL GRIS AUSENTE
El día rompió los goznes
y desafió al destino escrito,
era una canción triste de un dolor
que no quiso recitarla ni sentirla.
Con su vestido de mañana
cambio los grises desgarrados
y desato un tropel de lilas perfumados,
de minerales vetas, de sombras de robles
y entonces entre el grito de la aurora
y la polvareda que se aleja atropellada
la calle del encuentro brilla y espera
y destierra la tristeza y aleja,
un desencuentro de miradas,
un lagrimal de gotas malas,
y nace una armadura lustrosa
sin oxido de olvido,
ni vana esperanza.
Carlos Brid
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