Te beso hondo, muy hondo,
en cada sueño que estoy a tu lado,
con mi alma de mariposa atrevida,
cuando desnudo mis senos,
y los acomodo en la orilla de tus labios,
entonces me besas, hombre de mi vida,
como en una historia de amor eterna…
Te beso hondo, muy hondo,
desde las fiebres de mis venas
con mi sangre ardiente y primitiva,
con mis deseos agitando mi exaltación,
y mis sentimientos a puro corazón,
luz eterna de fuego y candela,
entonces te amo como solo sé amarte,
como una aventurera carnalmente ofrecida,
al tiempo que te acarició sin miramientos,
cuando la tensión de tus muslos,
mojan mis ansias de enero y verano,
y, en la abundancia de mis antojos,
se moja el universo de mi vientre que te espera
entonces te beso hondo, muy hondo,
cuando rimamos retorciéndonos
en los rayos de un rojo arrebato…
Luna&Poesía
28.01.2017