Corre como el viento el tiempo que se marcha,
las horas que se alejan,
las noches sin abrazos cálidos...
Se marchitan los besos no entregados,
el placer no disfrutado,
las caricias pasionales...
Naufrago del tiempo,
muero entre las sombras,
rodeado de oscuridad escondo mis heridas...
curandera del alma,
sanadora de espíritus rotos,
que me celen tus celestes ojos la vida...
Que me acaricie tu suave piel de terciopelo,
que me desborde el sudor corriendo por tus senos,
que se fusionen tus labios y los míos de tantos besos...
Que nunca más falten frazadas arropadas entre tus brazos,
que si mueren las horas sea para dar vida a momentos felices,
que sople el viento, pero que juegue con tus cabellos de trigo...
Que una la vida por el poder de las runas nuestro existir,
que aparezcas ahora en mi mundo para ser mi mundo,
que permanezcas en mi alma siendo una con mi espíritu hasta que lo eterno encuentre su fin…