Ante la realidad cuan navaja de dos filos
partíendome la carne hasta los huesos
piel, sangre, latidos consumíendose
con el dolor como único testigo.
Pensamientos convertidos en recuerdos
memorias vestidas de un luto infinito
deseando desistir, deseando luchar
queriendo por un instante ser inmortal.
Sin embargo retumba sobre ti el vacío
cuando te das cuenta que no te perteneces
ni a ti misma, porque de todo tu ser
se arranco miles de pedazos.
Es cuando en medio de la turbulencia
sabes que al final del camino
ser mortal será el sendero
y la esperanza de volver a renacer.