azucenas blancas

En el silencio de la noche

Ante la realidad cuan navaja de dos filos

partíendome la carne hasta los huesos

piel, sangre, latidos consumíendose

con el dolor como único testigo.

 

Pensamientos convertidos en recuerdos

memorias vestidas de un luto infinito

deseando desistir, deseando luchar

queriendo por un instante ser inmortal.

 

Sin embargo retumba sobre ti el vacío 

cuando te das cuenta que no te perteneces

ni a ti misma, porque de todo tu ser

se arranco miles de pedazos. 

 

Es cuando en medio de la turbulencia

sabes que al final del camino

ser mortal será el sendero 

y la esperanza de volver a renacer.