No me hables de senos y pecíolos
no me aturdas con tallas y colores,
solo entiendo el lenguaje de tus pechos
el sabor de tus cálidos fresones
la textura marmórea de tus nalgas,
la espesura jugosa de tu vientre.
Solo aspiro el perfume de tu huerto,
la humedad espumosa de tu copa
el aroma frutal de tus axilas
el sabor de tu esponja entre mis dientes.
Cuando siento tus muslos y mis muslos
enredarse en épico combate
y el aliento incendiario de tu boca
acercarse a mi sexo enarbolado
ya no entiendo más lenguas que tu lengua
recorriendo mi cuerpo enamorado.