Mucha sombra en el llano
alumbrando el sol en lo alto,
apesadumbrados los pasos
creando eco en el abismo,
muriendo en el unísono.
Ultimo plenilunio de enero,
el frío quemando en la piel,
la nevada del año opacando
en las manos el quebranto,
en la lengua el esperanto.
Tinieblas inundan el suelo
acorralando a los vivos,
despertando a los muertos,
pasos envuelven el silencio
en la espuma del invierno.