Ese rápido latir del corazón de un chiquillo escondiéndose del desamparo, acurrucado en sus
adentros, pisando una tierra roja que lo vió nacer, que es suya, pero que no le corresponde y
ahora esta fragmentada, escurridiza ante sus necesidades, ilusiones y anhelos.
Él, como simiente de un mañana solo obtendra como fruto al miedo, miedo a la barbarie que
reconoce a su alrededor. Dolor, muerte, angustia y como unica recompensa el que no lo
ajusticien por pertenecer a una etnia o a otra, o por no subyugar su esperanza ante la
destrucción que su alma soporta, viviendo con el peso incontrolado de una sinrazón, en esa determinacion,
que ni establece ni conoce la mano que les ajusticia.
Ajustician y poseen a las hijas de sus hermanos, masacran sin saberlo sus propias
esperanzas, creyendo poder ir hacia un suculento manjar que engullir en su mañana.
Convertidos en mercenarios de seres poderosos a los cuales dicen aborrecer, esos mismos
que los tienen encadenados.
África, Asia, América latina, grandes porciones de esperanza subyugada a conceptos y
entendimientos engañosos en una buena de sus partes. Tierras que poseen lo vital y parte de
la pureza que el mundo occidental ya perdio e incapaz de recuperar, envidia.
Soledad de cientos de tribus, que sobreviven en unas miseras tierras a las cuales les han
ido arrinconando. Las riquezas no entienden de lazos sanguineos, siempre estan prestas a
hacerle un tentador guiño a la ambición de cualquiera. Podemos luego buscar razones que
escondan esos ciertos propósitos, aún siendo una falsa interpretacion, hipocritamente
disfrazando los intereses de unos pocos.
Así, chiquillos que podrían ser hijos de cualquiera, con ojos adivinados por la sonrisa y
luz propia con la que resurgirían mil grandes imperios, estan siendo utilizados, torturados,
expulsados de su tierra, masacrados por el mero hecho de nacer en un lugar del planeta, con
uno u otro color de piel. Son considerados como valor cero, en un sistema mundial en el que
no se aplican siempre las leyes que se acuerdan. En un sistema global, en el que la justicia es
una gran farsa y nuestros hijos siempre pierden.
SE DE MIS LAZOS ESTELARES CONTIGO HIJO DE CUALQUIER TIERRA, RECONOCETE EN EL
VINCULO, ESTE, PUEDE DARTE ABRIGO.