El día que te conocí y entraste en mi sentimiento
tenía un corazón que latía y sabia amar,
así te entregue mi corazón.
Cuando llegaste a mi vida me cargaste de ilusiones y
me dijiste que estarías ahí aun cuando no te
necesitara así te entregue mi corazón intacto.
Pero en cuanto te aseguraste que era solo tuyo
lo tomaste en tus manos maltrataste cual rosa
espinosa hubiese llegado a tu vida.
Hoy gracias a ti tengo un corazón partido en mil
pedazos que no deja de sangrar,
cuya sangre recorre lagunas, ríos y mares.