Me renueva con su amor.
Natual, puro y dulce
como miel.
Se ha convertido en el elixir
de mi eterna sonrisa.
Sonrisa que no se pierde
cuando él se va,
porque se queda en mí,
en mi mente, en mi alma, en mi corazón
Y en mi piel...
Mi piel que le envuelve el alma.
Lo amo.
Y como no amarlo,
Si de tanta paz, me deja sin sueños,
Si vuelo hacia él entre vistas a los cielos,
y a diario me hace anclarme al mar de sus ojos,
ojos que bendigo a Dios le haya dado
para poder verme en él.
No hay imperfecciones aquí, en los dos,
que somos uno.
Uno viendo las estrellas y viviendo
En la simplicidad de un maravilloso amor,
Entre risas y café.
Entre escondidas y besos.
Así se pasan los días con su amor, mío.