Vivo en un alma encarcelada
por pecados capitales.
No sé si vivo o sueño,
pues del ardor del fuego,
mi cuerpo, lleno de señales.
Quizás no me sane
tras la muerte venir.
Quizás no recuerde
mi razón de ir.
Vivo en un mundo
donde se mezclan los males.
El enfado, notorio,
pues de la avaricia del quiero,
confrontaciones fatales.
Quizás no se hable
por ignorancia a vivir.
Quizás no se recuerde
la razón de existir.