Soy un árbol
caducifolio y triste,
desamparado
en el invierno monocorde
de la risa,
anudado de razones
aún me hiero...
entre luces laceradas
de cumplidos,
soy el alma renegada
de la rosa
desnudada entre hielos
cristalinos,
en océanos...
sin nombre me amortajo,
entre olas deslazadas
de oro y lino.