Oscura y fría tarde de invierno
veo como se desliza la última hoja dorada del Ginko,
aterriza delicada sobre la corriente del rio,
te veo cruzar el puente y alejarte lentamente de mí.
En cuántos cuerpos te he abrazado y me has estrechado ?
En cuántos ojos te he visto y me has observado ?
En cuántos cálidos labios te he besado ?
En cuántos te he encontrado y me has abandonado.
Por què sos tan cruel conmigo?
incapaz de perdonar mis desaciertos
me castigas con estas repentinas despedidas
tan temidas, dolorosas y frías.
Las mariposas que me habitan vuelan nerviosas,
revolotean escarchándome copos de nieve
congelàndome las entrañas, los huesos
y hasta el alma.
Te vas otra vez y me dejas en este mi caos,
ya quiero darme por vencida
y dejar de ir a buscarte,
pero quièn soy yo sin vos, amor?
Ya te veré más adelante,
en otro cuerpo y te reconoceré
porque mis mariposas revolotearan
otra vez eufòricas y cálidas dentro de mí.
Mina de Villasandino.