Sigues siendo la misma muchacha
que ayer
se murió de amor
vas con la sonrisa
apretada entre los labios
para disimular
el dolor
y resistir.
Llevas dos alas color tiza
desplegadas
y en los ojos
los recuerdos
los que no quieres ver
la quieta calle
la alameda
la vereda y sus baldosas
sueltas
el viejo y su pipa dislocada
el parque
el banco de lunas
adheridas.
Y son tus pasos
los pasos de gacela
y es tu pollera
bandera que flamea
blanca tu blusa
graciosas prominencias
blancas tus manos
palomas sin un nido
blancas tus risas
al viento disparadas.
Sigues siendo la misma muchacha
que al llegar la noche
le escribe cartas
a su almohada
y esconde
sus lágrimas azules
en la mochila
celeste
con orejas de conejo
para arrojarlas
de mañana
en aquel bosque
que inventara
el tiempo
en sus ratos
de ocios inspirados.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.