Vivo anclado a un mundo loco
de personas perdidas psicológicamente
en la ruina de los altos mandos
con sus reglas y sistemas plantados
en los ayeres donde la gente luchaba.
Mi alma ronda por el mar de muertos
luchando contra las ideas esclavizadas,
encontrando solo puertas cerradas
con cadenas lastimosas que eliminan
las pocas gotas de la vida que me queda.
En el llano encuentro un gran desierto,
con su arena se cubre mi rostro,
arde mi mente y pasión en mi soledad,
algunas nubes acongojan mi sabiduría
y la nieve blanca y fría cubre mi poesía.
Personas viejas sin ideas gobiernan
a las nuevas masas con su desesperanza,
acribillando las semillas que florecen en el alma,
se secan siempre por las flamas de la maldad
que se extiende a cada instante en la sociedad.
Mi escuela es antigua con sus poemas
tratando de evitar y restar los problemas,
de unas hojas marchitas que caen con la brisa,
tratando de encontrar la respuesta a una salida
donde las semillas crezcan puras y limpias
con ideas de amor, repletas de nueva vida.