Razones, cuentos y andanzas
situados en un altar,
de mi poblado,
el soñar,
en mi costado de sombras,
van labios haciendo hormas,
donde hay besos sin bondad,
no hay poesìa,
y la oquedad,
llena de flores mezquinas,
y de tonadas mal oídas,
tal domingo sin Jesús,
la vida misma,
sin luz,
un niño que sonríe,
me mira.