“Envié nuestros planes al carajo. Y sin embargo”
Cuando creíamos que nuestra atracción era mutua,
y que nuestros rumbos por fin se interceptarían
cuando creíamos que no ocurrirían más inconvenientes
resulta que apareció la indiferencia e inexplicablemente
nos alejó, nos colocó en un océano de incoherencias
del que nuestro afecto no pudo flotar y naufragó;
dicen que la edad del atardecer son el tiempo y los años,
y es la bella edad dorada por ese crepúsculo excitante…
Cuando convencido estaba de poder contemplarte
en una fusión llena de extraordinarios encuentros
con un sol en lontananza muy altivo y radiante
parece que el caprichoso sino decidió apagar la luz
sin ton ni son, sin explicación ni mayor consideración,
hoy te doy la razón con lo de los benditos planes,
aunque planifiques, no evitarás un inefable desastre.
Y sin embargo sin tener que insistir obstinadamente
con paciencia espero a que toques a mi puerta
que siempre habrá una oportunidad para el diálogo,
para el ameno compartir y reír juntos, para el arraigo.
Por Hermes Varillas Labrador
1492 23/01/2017
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