Quise escribir un verso el otro día,
mas me embargaba la pena;
lloraría si rumiaba el recuerdo...
me esforcé por desviar mi pensamiento.
Tristeza... eres introspección.
Cuando de mí te apoderas
no puedo cantar, no puedo hablar...
me conforta un poco la oración.
Este mundo te odia, te huye,
siempre se habla de disfrutar.
Muchos viven una parodia
y creen encontrar la felicidad.
Mas no siempre es infeliz el que llora,
porque tú, tristeza, eres recogimiento.
Discernimiento se obtiene al vivirte,
¡tarde o temprano, de reír llega el momento!
¡Oh tristeza! A veces me paralizas,
mi ser no quisiera sentirte,
mas logras en mí maravillas
que logro ver con gran gozo.
¡No, no es locura ni masoquismo!
Eres tú, tristeza, parte de la vida...
si con idealismo te acepto, te acojo,
¡hasta puedes dejarme una sonrisa!
María Teresa Ruíz Rentería © Todos los derechos reservados.