Todos los domicilios son iguales,
muy cuadrados y simétricos,
tienen un aire muy tréticos,
solo les dan vida los chavales.
La calle no invita al paseo,
sino más bien a la marcha,
está ausente el deseo,
sin pecado y sin mancha.
Mujeres y hombres que fueron
jóvenes y atractivos,
y que tuvieron sueños.
Diremos mañana, esos hombres existieron,
en sus circulos fueron divas y divos,
y de sus vidas fueron breves dueños.