Tu León.
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En tus brazos me acuesto y me levanto
con olor a azucena y alhelí,
son tus suaves caricias para mí
y tus besos también de tanto en tanto.
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Siempre atento al amor y al desencanto,
qué le vamos a hacer si soy así,
soy aquel que sonríe para ti
y disfruta en silencio de tu encanto.
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Si es un sueño mejor sigo dormido,
y si no, no me borres la ilusión
que en la vida otros brazos no he querido.
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Y si fuera un hechizo la razón,
más me alegro de haberme convertido
en guardián de tus miedos, tu león.
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Fotografía y poema: Ramón Bonachí.