Somos dos fuerzas que se abrazan
en cada minuto de su ser.
Nada nos detiene,
ni el mismo tiempo
ha logrado vencernos,
aunque a veces nos sacuda inclemente,
tratando de doblegar nuestro amor creciente.
Fui tuya y fuiste mío,
nos amamos como solo se aman
dos locos enamorados de la vida;
disfrutamos cada segundo
de esa fusión perpetua
que nuestros cuerpos crearon
para deleite de nuestra piel.
Ahora vamos por diferente camino,
doblaste la esquina y solo me quedó
ver tu sombra desaparecer
en ese horizonte que alguna vez
disfrutamos a placer.
Mas no sufro ni culpo al destino
porque aunque hoy no estas aquí,
sé que algún día,
nos volveremos a encontrar
en esta vida o en la siguiente,
siempre siempre,
para amarnos otra vez...