Si cada flor diera un beso
Por cada pétalo que arrancas;
Florista, véndame un ramo.
Que sean margaritas blancas.
Si en cambio fueran alijos
Por cada rencor que albergas,
Del ramillete más triste,
Deme margaritas negras.
Si debiera darme flores
Por mis presagios infelices;
Ni anturios ni crisantemos,
Que sean margaritas grises.
Si tan cruel fuera el amor
Y mi suerte tan maldita;
Florista, dame veneno…
Dámelo en agua de margarita.
Corta margaritas blancas,
Coge margaritas negras,
Crispa margaritas grises,
Ponlas en mis manos muertas.