Ese día, No fue como los otros
No, no lo fue,
una imagen trajo a su ser
los más bellos amaneceres,
noches románticas bajo cielos
estrellados e iluminados
por el astro menor, seguidos,
por rayos cuyo destello se reflejaba
en el fulgor de sus ojos, cuyas
pupilas dilatadas permitían
admirar la creación más excelsa
de todo el universo
Tu.