Tu no me conoces,al verme me queda claro.
Yo te espio en la madrugada sin ningún descaro
Tan dulce te sacudes por el riguroso frio,
y haces que se me antojen esos labios quebradizos.
Se que todas las mañanas te levantas despeinada,
siempre olvidas la amargura debajo de la almohada.
La parada de autobus es nuestro encuentro rutinario,
guardo los segundos que no estas en el fondo del armario.
Un tibio capuchino lubricando tus vocales
y tarareas erroneamente algun hit de Ariana grande,
tu merienda es un buñuelo,una inhalacion de nicotina,
cualquiera se sorprende contigo, te miro y me esquivas.
Una sirena judicial por fortuna despierta tus sentidos
tu y tu rictus de sorpresa por la intensidad de mi reojo.
El sol se asoma, y sus rayos te acarician,
te tocan con cautela de tu cien a la barbilla.
Quizas tu no me conoces , pero te conosco bien,
una larga gabardina oculta el oleaje de tu piel.
Mi tremulante caminata a tres pasos de distancia,
y con seguridad me mantienes la mirada,
tu pretendes que todo se vaya junto con la mañana,
yo me derrito en el marron intenso de tus pupilas.
Llega tu carroza grafiteada de las que cobran pasaje,
me despido con sigilo deseandote un buen viaje.