Retumbaban las estrellas en tu canto
con la educada garganta de acero
inmolándolo galaxias, poseídas por las notas
resonantes de Verdi.. La Traviata enloquecía
en la seda de tu encanto, de tu fuerza, de tu clase.
Apagaste la lámpara en tu huida y encendiste
el universo, llevándote consigo
el ultimo resquicio de fe..
Que sola esta la casa, solo tu sombra
se pasea con los miles de relojes cantando
al unísono esa vieja tonadilla Italiana..
!Ya no hay eco! las voces lloran tu ausencia,
junto a todos los recuerdos coleccionados
en tu mágica existencia..
El amor siempre fue hosco, solo dejo ese dolor
que expulsabas al entonar magistralmente
!Vesti la guibba! de Pagliacci, resucitando
a Leoncavallo, haciendo sollozar planetas,
cadáveres sin ojos, mientras los cuervos azules
croaban en los coros infinitos,
acompañando cada nota cual cortejo fúnebre,
hasta alcanzar el clímax, explotando cada célula
en el etéreo espacio sideral..
Un unicornio rayado trae el recuerdo envuelto
en hilos de plata, junto a tu boina española,
junto a la moneda mágica,
que desaparecías cual experto mago
para hacernos regocijar de alegría al aparecerla
en el bolsillo de las ilusiones..
Ojos inmaculados, alma de niño, voz de trueno,
corazón de ángel, que cubrías con la mueca del desdén,
y el antifáz del anticristo..
!Que solo quedo el museo! ese que atesoraste
con recuerdos de todo el mundo..
Se deterioran los versos cuando recordarte quiero,
amado tío Gueyo,
vuelan las penas al infinito buscando una nota
en medio del caos de abejas y asteroides
entre huesos y plegarias que buscan armonizar
tu aura para que no sufras mas por amor..
UN POETA LÍRICO
Arturo Gil
02/02/2017