Amor, divina emoción
Que nos envuelve y anima;
Todas las flores germinan
Sin que muestren impudor.
Hay amores necesarios
Para poder distinguir
Entre rosas y claveles,
Pueden negarse, más llueven,
Como sucede en abril.
No por no haber conocido
El placer que el amor brinda
Puede ignorarse que exista
Un inigualable amor.
Cuando se trata de amores
Hasta se fruncen los labios
Por temor al escenario;
Comienzan tibios sudores.
Si la vida nos sorprende
Lejos de grandes amores:
¿Cómo admirar bellas flores?
¿Cuál será nuestro soñar?
Se debe de administrar
Al corazón, ¡al ladino!,
Que fuerza nuestro destino
Cuando comienza a trotar.
La vida nos da primero
Golpes bajos en enseñanza,
Nos muestra de cuerpo entero
El dolor y la nostalgia.
Después nos llegan amores
Que superan la ficción:
Unos nos dejan placeres,
Otros profundo dolor.
Se debe ser cual esponja
Que guarda en si lo mejor,
Reteniendo en la memoria
Sólo los grandes amores,
Desechando el desamor.
Sueño tener un jardín
Pletórico de rosales
Y en perpetuo convivir
Tiernamente acariciar
Sus pétalos magistrales.
Amo la luna, el clavel,
Una palabra sincera,
El trinar de los sinsontes,
Una melodía inmortal
Y una amistad duradera.
¡Cuán maravilloso fuera
Vivir inmerso en la gloria
Gozando el amor hermoso;
Dejando tras nuestra historia
Corazones amorosos!