Me voy deprisa del día
al lugar donde suben las estrellas
donde las hojas cubren al rocío
y los pájaros se duermen al olvido.
Tengo prisa porque
no es mi ropa la que me va
a proteger del frío
sino la ignorancia del sueño
que vendrá.
Corro hacia la sonora niebla que
arropa en la nueva noche los párpados.
Solo un blancor de luna
sobrevivirá la ventana de antiguas rejas
y cubrirá de sombras la vegetación
infinita del muro.
A veces la oscuridad es resplandor...
soy perfectos cuerpos transitados,
soy actor inhumano que impone
la flecha, los amores, las palabras.
Cargo en un hombro cierta canasta frugal
y planto madreselvas
a los pies cansinos de la tierra,
para inventar ciertos colores
imposibles en la claridad:
soy el que busca el silencio
que me ha robado el día.