Cae la lluvia;
el agua resbala por los cristales de la ventana;
forma minúsculos ríos sobre las hojas de las plantas.
Las flores agradecen el frescor del agua que están recibiendo.
Suspendemos el haciendo el amor.
Bajamos de la cama y nos acercamos a la ventana para ver caer la lluvia.
En un momento desvías la vista y me miras;
yo también te miro.
Nuestras miradas se entrecruzan.
Permanecemos instantes sosteniendo nuestras miradas.
Tus ojos en los míos, los míos en los tuyos,
y aparece en tus labios una sonrisa
que sé es por el placer que acabas de tener conmigo.
. . .