la traslucida sensaciòn de lluvia,
se difumìna levemente en mi
inconsciente.
anhelando palpitar sus ojos
escuchar su corazòn,
acariciar con el tenue de mi voz
sus lobùlos,
murmurando asì mis poemas.
los recuerdos de una noche
no muy comùn,
cuando transpiraban
mis ojos al ver tan esplendorosa
belleza,
tu espalda tersa y suave
como la seda,
mis dedos sosegados
en el tacto al rozar tu piel.
!se escucha estremecer ¡
los latidos voraces y tímidos,
que emanaban las mordidas
fuertes y sostenidas,
a tus labios carnosos.
esta noche llueve
con mucha intensidad,
como resbala el agua en
las hojas de una palma,
se deslizaba mi lengua
en medio del toráx rozando
levemente los pezones,
que volvían esquizofreníco mi corazón.
mi lengua acariciaba el pellejo
colgante en tu entre pierna,
tu rostro se ruborizaba de placer,
tu voz perdía toda seriedad
y te desarmabas en la cama
anhelando aumentar el placer
y la tención del momento.
los senos se aclimatarón
y se tornaron duros,
mi mano recorría lentamente
la silueta de tus caderas,
se fijo la total atención
en tu entre pierna,
el sonido de lluvia
opacarón los gemidos
de dolor y placer.
los dedos penetraron
como una llave, en
una cueva tan húmeda
tan estrecha.
la yema del corazón
dejaban huellas en la pared
superior, como pasar el dedo
en una rigorosa lija.
los gritos eran más fuertes,
la tención se tornaba intrépida
y cuando el miedo cubría sus piernas
como una cascada librero
su extasís,
perdiendo se en la lluvia de la media noche.