Que vacío más grande sin tu voz
como olvidarlo,
mientras preparaba mis salidas
tu voz seductora pidiéndome volver,
atrapado entre la puerta y tus manos,
cinco minutos más me decías,
cinco eternos minutos
para morir y renacer entre tus brazos,
cinco minutos en lo que mi boca era tu esclava.
¿Qué es hoy ese tiempo?,
hoy que deseo tus manos, hoy que no te tengo.
Gasto mi vida para encontrarte cinco minutos más.
No me basta la eternidad de tu silencio.
Sufro,
Tu tan cerca pero más nunca mía.
como ruego al cielo que vuelvas,
que vuelvas a mis brazos y me eternices cinco minutos más.
Divina mujer,
proliferas los más grandes sueños;
los más terribles insomnios,
ahora que no estás te sufro
fui yo quien te partió y ahora te clama,
no hay oscuridad más profunda que tu ausencia.
No importa cuántos laberintos crucé
cada camino me devuelve a tu sonrisa.
Es posible arrastrar la vida sin ti
más sin embargo llevarte conmigo quiero,
más que luz eres faro eterno
más que vida eres muerte,
muerte que me reinventa
por eso anhelo tus mariposas juguetonas
Y su aguijón de seda.