Altos rangos en un trono
cegados de poder y libre albedrío.
Sucumbidos por la avaricia y del mono
por las ganas de oscurecer nuestro sino.
Quizás no sea solo poder de fúcares
(como aguiluchos caciques),
si no por ejemplo los españoles,
(sin lección aprendida de antes).
Tanta hipocresía por la “fe” a creer.
Me rio yo de la propia religión.
Empezaron por amor, ambición y cierto temer,
y acabaron en el saco de odiados por la nación.