Mañana por la mañana no te veré pasar y justificaré la ausencia del mundo entero, por afirmaciones de la sucia sociedad.
Y así vamos, marcando los lugares que ya no pertenecen al espacio sino al recuerdo del acto en nuestra memoria. Atentos y atentas de poder regresar cada instante a ese recuerdo, esforzándonos por mantenerlo todo, sin olvidar, porque si sabemos que olvidamos las cosquillas del alma serían suplantadas por alguna palabra vana de descripción pobre a la maravilla que realmente fue, entonces, el espacio, o la esquina va creciendo cada vez más y formará parte del día en que alguna vez la cruce y nos vea, besando la vida suavecito.