Siguiendo la huella del viejo camino
se observa el alerce milenario,
arbustos y musgos que cubren sus píes,
caminando bajo la luna,
nos sentimos como dos seres solitarios.
Conversando como dos viejos amigos,
de lo hermosa que es nuestra tierra,
nos fuimos quedando dormido,
con el canto del zorzal y al píe de una higuera.
Al despertar por la mañana,
abrazado y cubierto por tus ramas,
me despedí en silencio amigo Alerce
para encontrarme con la playa,
que sola y triste al final del camino,
me esperaba.
Que hermosa te vez playa solitaria,
con tus arenas blancas y alineadas,
tus aguas turquesas y cristalinas,
acompañadas por sus olas silenciadas,
que se quedan abrasandoté por un momento,
como si fueran los brazos de tu amada.
Al pasearme en tu arena,
me tiendo suavemente,
me abrazas cariñosa y serena,
llamando a las olas locamente,
para que se lleven mi pena,
que me amarga la vida,
y mi alma que por ella muere.