Otra vez aquí...
con mi esperanza a cuestas...
perdida en el universo de las ausencias.
Es breve la tarde...
y tan inmensa...
La soledad me aprieta fuertemente...
y la añoranza me golpea...
Esperaré...
frente a la ruinosa luz de este ocaso...
hasta sentir tu vivo abrazo
en las manos taciturnas de la brisa.
Sólo vine aquí...
donde muere la tarde...
a concluir mi agonía...
respirando el veneno de la angustia
de este amor que es profundo y es ambiguo...
Masticando la nostalgia hasta romperla...
y bebiendo hasta el concho mis quimeras…