Recorrí la médula oscura de este cordobán
Atado sobre los párpados de tanta gente.
Se apelmazaron las alas en pleno jubileo,
En estas nuevas alfaguaras para nuestros crímenes
Mo(d/l)estos,
Como espinillas púberes en el legajo de la historia universal.
Yo escanciaba un pastel de manzanas terrosas,
De prósperas decapitaciones, de ta(b)lones negro-mugre.
Mientras, vos ibas tanteando, cual abstemio Dante
Tu esquivísima Beatríz-Heroína
Para prometerle tantos futuros descart(e)ados.
Te abandonaste a una est(u)ación de trenes
Irretornables, con rabas manicomiales en el menú.
Y yo evoqué reminiscencias de mis próximas reencarnaciones,
Labrando en el crisol del pecho esa rosa de papel que arrancaste
Antes de saber mis secretos v(e/o)tos.
Nos sumergimos en los piélagos del penetrante membrillo
Y nácares gustativos. Un dolor
De cabezas saltarinas rodando escaleras arriba.
Tantas certidumbres naufragando en este cascarón forajido.
Tanto futuro gruñéndome, a espaldas de los (d/s)ueños.
Ahora, exploto absorto el barrito que somos,
Para jurarte pus y sangre,
Por si sudor y saliva devalúan.