Creemos que somos este cuerpo
Cajón de sangre, comida y hueso
Que somos María, Pablo y Julio,
Y después de allí, sólo hay vacío.
Creemos que tan sólo somos títulos:
Abuelos, padres, tíos, hijos y hermanos;
Limpiabotas, doctores o filósofos,
Y lejos de estos tejuelos, nadie somos.
Hasta al punto del drama a veces, llegamos:
Que somos nuestros sexos, nuestros colores;
Nacionalidades y otros disparates,
Y detrás de estos disfraces, nada somos.
Mas, jueces,...¿qué hay de este reloj?
Que tictactea bajo el pecho.
Que ama y perdona a contrarreloj
Medidor de los sentimientos.
¿Cómo olvidar su digno fruto
Que resplandece nuestros rostros;
Que une la humanidad en uno;
Que en el, iguales somos todos?