Nuevamente sonríes,
y el reventar de
olas mansas tranquilas,
son tus risas, picaras eximias,
el mar turquesa diáfana
deja ver los corales y
revoloteando los peces
vuelan henchidos de alegría.
¡Ah! nuevamente sonríes
y a pesar que la golondrina
tenga que migrar, ella,
ella permanece extática.
¡Ah! Nuevamente sonríes,
y es como si estuvieras
en la bahía, cuando el alba aparece,
la neblina se hace menos densa.
¡Ah¡ nuevamente sonríes,
ya que el árbol de Lupuna
que estaba exánime, vetusta, enjuta,
ahora está con vida, frondosa, robusta.
¡Ah! nuevamente sonríes,
saltas, cantas, lloras
extasiada de alegría,
al ver las piedras irse,
arrastradas por las olas
al retirarse, que son
tus carcajadas,
llevadas muy lejos
por ese mar diáfano turquesa.