Voy dibujando caminos, a medida que avanzo; piedras sin forma van formándolo. Son oscuras y miserables en estética, creo que van siendo delineadas por el cincel condicionado por mi corazón, por el ciño de alma. En el, las cosas se ven lejanas, difusas entre un horizonte lleno de bruma. A los costados árboles so,bríos se burlan como arlequines de cada suspiro, de cada lágrima que brota de mis ojos. Se traspasan información mientras recorro el asedio, rechinan, crujen con un estupor que solo los huesos de un pobre malnacido pueden saber. Febril estoy por no alcanzar nunca mi objetivo, me siento paralizada, sujetado a una camisa de fuerza. Es como decirlo; aquel relato mítico del demonio Incubus; por las noches se sube sobre los cuerpos y hace que recreen las pesadillas más espantosas mientras el cuerpo fijo y estático delira en el subconsciente por escapatoria.
Voy dibujando caminos, anegados de agua gris, sucia, lodosa cual si de aluvión se tratara.
Voy dibujando caminos, sedentarios y nómadas.
[Sin inicio, sin fin...
Wiston Llovera