Con un canto de sirena,
el girasol atraía a los hombres,
ellos gustosos se acercaban
a aspirar sus bellos olores,
esa flor solitaria en el campo
escondía un secreto,
tan inofensiva se veía de lejos
que muchos habían intentado
cortarla para llevarla a su jardín.
En las cercanías donde ella creció,
había el rumor de que un hombre lobo
se comía a los hombres
que atravesaban el campo,
nunca imaginaron que el peligro
estaba escondido en esa hermosa flor.
El girasol cantador
cada tercer día tenía hambre,
siempre escogía a su víctima
entre los caballeros galantes.
Vió pasar a Edmundo muy pensativo,
sabía que él siempre reflexionaba
y aunque ella lo quería con el alma,
de una mordida se lo devoró.
A Kavi muy elegante
lo sedujó con cantos italianos,
cuando lo tuvo cerca
no se le escapó de las manos,
el Capitán Augusto le costó más trabajo,
pues como era marinero
siempre usaba atajos.
Al buen agente Hugo
lo atrajó con cantos en inglés,
con él se dió un festín,
que le duró tres días...¡¡¡tres....!!!
A Mael le cantó flamenco,
el zapatéando se acercó,
lo tomó por la espalda
y ni una migaja dejó.
Pero andaba un buen señor cerca
que Armijo se apellidaba,
él ya sospechaba
que la flor era peligrosa,
inventó muchas estrategias
para poderla sorprender,
la grababa con su cámara
de día y de noche también,
lo que él no se daba cuenta
es que ella el lente cubría,
él revisaba todos los días
sin encontrar nada grabado;
un día estando cerca, la flor
sigilosa lo tomó...
él volteó muy sorprendido
y hasta del susto se meó,
le dijo ...no seas caprichosa
yo te puedo proporcionar,
carnes finas y deliciosas
para tu hambre poder saciar...
así los hombres de mi aldea
ya no desaparecerán,
la flor sorda y hambrienta
poco a poco se lo comió,
lo último que devoraba
era su bella sonrisa,
así se lo comió sin prisa
y ya no lo escuchó suplicar.
La inocente flor seguiría
comiéndose a los hombres
del lugar.
YOLANDA BARRY.
Helianthus carnivorus.