HOMBRE de siempre, hermano mío
lanzado desde el doble testicular
del padre hacia la noche lacerada
del ovario materno: aferrándote allí
y allí proliferando; creciendo
allí en tal tibieza y tal ternura
para irrumpir, llegada la hora
por el valle convulso de los muslos,
con la frente blanda pero ya arrugada
por la adivinación del difícil conato
de vivir y perdurar entre las amenazas
de los dioses.
(Jorge Zalamea)
… Y crecerá. Y dejará caer sus amargas lágrimas de soledad el joven de siempre, el amigo que cabalga a través del tiempo en un corcel de ensueño y melancolía. Y le cantará, desde el bosque más próximo, un poema lleno de luz, esa primavera cubierta con polen pigmentado de mariposas asesinadas por un tardío sádico invierno. Y volverá la noche a sumergirle en un profundo sueño de adolescente tímido… …Y despertará al tercer día, volviéndose a llenar sus ojos de lágrimas; y otra vez habrá alguien que le recuerde que nació para llorar, que nació para sobrevivir con las heridas de Cupido en su frágil corazón de niño. Y…