Esteban Mario Couceyro

Un día calmo de otoño

 

Si fuese Dios, estaría hoy viéndote

desde arriba, o por el costado

y por que no desde adentro

sabiendo qué ves

diciendo las palabras que dices

llevando tus manos, en ademanes

quizá un saludo oportuno, a mi paso.

 

Si eso pasara, podría ser aire

y volarte los cabellos

incomodarte la falda

en un día calmo.

 

Si fuese Dios, no pensaría en otra cosa

que en vos, en los labios

y los mil besos que besaría al pasar

qué más habría en el universo mío

que esos soles y esas lunas

tu paso delante de todos

y mi pequeño Dios

que no se atreve a ser viento

en este día calmo de otoño.