Si mis textos fueran de la rosa pétalos
te daría un jardín, una rosaleda.
Me gusta llenar las hojas del cuaderno
y que estas te conozcan a plenitud
que corra por sus cuerpos mi lápiz fino
para que al final sepan a exactitud
que ante todo vicio del alma a ti te amo.
Toda noche que miro al cielo colmado
y que me recibe osado el mismo cielo
con sus pequeños singulares destellos,
y la luna sonríe completa amando
se alegra llena mi alma austera, vencida.
Pero, ¿cómo le explico a la noche serena,
al cielo estrellado y a la misma luna
que no hay belleza que se compare a ti?
Que no importa que tan blanco sea el brillo,
que tan afable sea mi soledad,
preferiría mil mares esos ojos
y si hubiera tu corazón de promedio
¡que afortunado mi destino sería!