Y si de sembrar un jardín se trata, llévame contigo.
Y si de experimentar en la cocina se trata, llévame también contigo.
Y si de compartir un buen café y la lectura de algún buen libro, ven conmigo.
Y si de discos clásicos y sinfonías entre otros gustos extensos, ven conmigo.
Y si de fotografiarte mientras duermes, y si de fotografiarme mientras me concentro.
Y si de floreciendo, lo que sólo al marchitar. Y si de marchitando, lo que sólo al florecer.
Y si de perseguirnos entre cosquillas como dos niños que se descubren curiosos por primera vez.
Y si de abrazos y perder cuerpo, cual dos seres que se acarician por primera vez.
Y si de calles caminar sin rumbo, o si risueños por las noches recorrer la ciudad, si detenernos delante de un paisaje o de una vista atrayente o si de sentarnos por horas enteras mientras la gente pasar, observar.
Y si de conversaciones simples y sencillas, o si a su vez conversaciones desordenadas, abismales e intensas.
Y si del campo y el compartir de un cielo estrellado, turnándonos el regazo, cediéndonos nuestro calor...
Y si de parques, y si de museos, de galerías de arte, de cinematecas, de exposiciones, y de teatros visitar...
Y si de trazar rutas y destinos.
Y si de buscar, y si de explorar, y si de conocer, y si de encontrar...
Y si de a través de un gesto, de unas palabras o de un silencio, decir te quiero.
Y si de tener certeza, si de encontrar confort, si de sentir comodidad, tranquilidad o por así decirlo, serena seguridad.
Y si de cultivar tiempos y espacios.
Y si de comprender también la soledad.
Y si de estar dispuesto...
y si de buscarte, y si de buscarme.
Y si de esperarte y si de esperarme.
Y si de respetarte e irrespetarte y si de respetarme e irrespetarme.
Y si de aceptarte y si de aceptarme.
Y si de el tiempo vencer, cual dos mangantes.
Y si de eso es que se trata...
Llevarme contigo y llevarte conmigo.