Desde la fuente fluye
el agua de la vida
cayendo en chorros grandes y pequeños
y saltando con cascadas.
Con sus gotas riega mi corazón
y siembra la semilla del amor,
la esperanza e ilusión
que me motivan en mi vida.
El día que se vacíe y seque la fuente
dejaré de ver correr el agua
la soledad será mi dueña,
y lloraré mucho.
Que no se acabe nunca
el agua de la vida.